No se nos ocurre algo más difícil de empaquetar que las flores. Siempre que tenemos un proyecto de este tipo, sentimos que tenemos que encontrar algo que haga justicia a la belleza suprema de una flor, y eso, no es sencillo. Además, si tenemos en cuenta el hecho de que las flores tienen que ir bien acondicionadas y en un packaging que no interfiera en su estabilidad, el proceso de creación se condiciona y limita mucho más.
Pero bueno, creatividad e imaginación al poder para desarrollar packs funcionales y cuidadosos que no interfieran ni bajen el nivel del objeto, en este caso, la flor.
Es por eso que cuando se elabora el briefing hay que tener una serie de puntos muy claros y marcados para trabajar sobre unas líneas creativas viables. Para nosotros, estos son los imprescindibles;
1. El packaging tiene que ser siempre cuidadoso y delicado. Es primordial realizar mil y una pruebas para comprobar que nuestra idea de diseño protege y cuida a la flor. Cualquier material, forma o complemento de sujeción que dañe lo más mínimo a la flor, debe ser descartado. Esto delimita muchísimo la creatividad, por eso, recomendamos siempre empezar por este punto y definir primero los materiales y formas viables.
2. Ha de ser atractivo. Cuando hablamos de packaging, siempre hablamos de piezas y desarrollos atractivos para sus productos, pero en el caso de las flores, es todavía más especial y obligatorio crear un packaging bonito. Tiene que haber una especie de sintonía entre el packaging y el objeto. Una buena estrategia es integrar el diseño con el objeto para que la propia flor sea parte y contenido del packaging. Ya que tenemos algo bonito, vamos a sacar partido de ello y enseñarlo ¿no?
Photo by Lucia Marcano for Sally Hambleton
3. Practicidad. Llevar flores es de por si complicado, así que, si con el packaging podemos encontrar una solución que permita llevarlas cómodamente, hemos de ir directamente a por ello. Es aconsejable el uso de asas integradas en el diseño o de formas que se adapten bien al porte con una mano.
Una vez encontrada la estructura que funciona, solo tenemos que dejarnos guiar por la imaginación para vestir de forma sobresaliente el packaging. Una flor es muy delicada, elegante… así que el tipo de diseños que se suelen utilizar son muy minimalistas y suaves. Os recomendamos que huyáis de estampados muy contrastados y motivos florales porque no queremos que compita con la flor.
Cómo podéis observar, también el packaging creativo puede convertir una flor en un objeto decorativo y reutilizable. ¡Larga vida a las flores! – y a su packaging-.
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