1) Embalaje biodegradable
Una de las principales tendencias para este año es la preocupación medioambiental. La sociedad se está empezando a concienciar sobre el cambio climático, y cada vez más consumidores buscan y exigen productos respetuosos con el planeta. Las empresas tienen que cumplir un deber ético que les acerque a este público, siendo un ejemplo a seguir para otras compañías. Es por eso que, utilizar un packaging sostenible es esencial.
Gracias a la tecnología, podemos contar con bioplásticos, materiales orgánicos que se asemejan al plástico, pero que tienen una vida menor a 1 año. La yuca, la fécula de patata, el almidón de maíz o la cera de abeja son ejemplos de estos componentes.
En otros posts ya os hemos hablado sobre este tipo de envases, pero hay opciones que están más cerca de lo que creemos. Las cajas de cartón, por ejemplo, solo tardan aproximadamente 1 año en biodegradarse, frente a los 150-1.000 años del plástico. Además, es el material con menos impacto medioambiental, ya que supone una reducción de hasta un 60% en las emisiones de CO2 si se compara con otros materiales. Además, según AFCO, el cartón es el material más sostenible para los españoles. Otro punto fuerte su el reciclaje: el proceso no supone un gran esfuerzo, es cómodo y fácil. Solo se tiene que doblar y separar, colocándolo en su contenedor correspondiente. Cada vez más empresas cambian su packaging con una alternativa ecológica. Un claro ejemplo sería Estrella Damm, que a principios de 2019 cambió las anillas de plástico de su cerveza por cartón biodegradable.
2) Packaging reutilizable y retornable
Dentro del movimiento eco-friendly podemos encontrar otra vía, a parte de la mencionada anteriormente. Una tendencia que está creciendo y cogiendo fuerza es la reutilización. Cuando un packaging ha cumplido su función, lo ideal es poder utilizarla con otra finalidad. Como dice Bea Johnson, pionera del movimiento Zero Waste, tiene que prevalecer la opción de reutilizar antes que desechar, para intentar crear el mínimo de residuos posibles. Es por eso que, desde un punto creativo, el consumidor tiene que ser capaz de ver más allá de una caja de cartón, una oportunidad de crear algo nuevo.
Otra opción para conseguir un packaging más sostenible es hacerlo retornable. Para reducir la huella ambiental que provocan los sistemas de logística, muchas empresas están empezando a pensar en puntos de recogida y usar embalajes que, una vez usados, se devuelvan a la misma empresa para re-utilizarlos. Según un estudio hecho por Research and Market, especializados en estudios de mercado, el uso de packaging retornable crecerá un 9,3% anual hasta 2026. A parte de ser un recurso ecológico, también destaca por su bajo coste de producción.
Algunas marcas como Zalando o H&M ya están estudiando este nuevo modelo de negocio, mientras que empresas como Loop ya van en ventaja. Este ambicioso proyecto se basa en un método de compra online de bienes de consumo, los mismos que en un supermercado corriente, pero con una diferencia: su packaging deja de ser de un solo uso. Se utilizan envases duraderos que se reutilizan una vez acabado el producto, ya que se devuelven a la empresa para ser rellenados otra vez. Todo ello gestionado por un sistema delivery de la propia empresa.
3) Etiqueta simple: decir más con menos
La simplicidad como tendencia ya lleva un par de temporadas en el sector del packaging. Cada vez más usuarios buscan un diseño simple, conceptual, y sobretodo honesto. Un error muy común es llenar un embalaje de pegatinas, etiquetas o mensajes que distraen y aturden al consumidor. Es importante recordar que una marca no tiene que complicarle la vida al cliente, sino enseñarle un producto/servicio que le facilite la decisión de compra. Un ejemplo a seguir es Apple. Con sus diseños minimalistas y sencillos aportan una sensación de seguridad y pulcritud que enamoran al público.
Cada vez estamos más saturados con información, por lo que un diseño que te transmita esa tranquilidad se agradece. Además, un packaging minimalista permite centrarse en lo importante: su contenido. Sin más, mandar un mensaje directo y claro sobre un producto. Una transparencia que muchos consumidores buscan en cada supermercado o tienda. Gracias al packaging no solo podemos crear un vínculo con el cliente, sino que dependiendo de su diseño generamos un impacto visual. Un envase simple pero estético llama la atención de los consumidores, cansados de tener que leer y decidir entre cientos de productos. La decisión de compra se toma en unos segundos, por lo que resaltar entre los demás es esencial.
A veces, esta imagen minimal puede llevar a dar una sensación de sobriedad y elegancia, por lo que también aporta un punto diferencial. Muchas personas asocian la sofisticación con el lujo. Hace unos años era así, las marcas de alta gama eran las únicas que utilizaban este estilo. Pero ahora, deja de ser una exclusividad, y pasa a ser una ventaja para aquellas empresas que decidan rediseñar su línea de packaging.
4) Branding packaging experience
El unboxing ha sido una tendencia creciente en los últimos años. Cada vez más, se prioriza la experiencia del consumidor frente a la promoción de un producto. Gracias a la expansión del ecommerce y las compras online, el packaging de envío es uno de los primeros elementos de comunicación que tiene una marca frente a su cliente. Cuando éste recibe el paquete en casa, le inunda una sensación de alegría y ganas de abrirlo. El objetivo principal, es conquistar con los pocos segundos que disponemos entre que se recibe un paquete y se abre. Para aprovechar esos momentos, es importante que el packaging sea original, creativo y llamativo. Capaz de quedar en el recuerdo, que el consumidor sepa identificar tu marca posteriormente.
El consumidor actual se ha acostumbrado a pedir sus artículos online y esperar a que les llegue a casa, por lo que apenas tiene contacto con la marca: no visita sus tiendas físicas, no habla con el personal… En definitiva, no tiene una experiencia vivencial. ¿La solución? Tenemos el poder de aportar un valor cuando el paquete llega a su destino. Gracias al packaging de envío, se puede fidelizar con el consumidor y crear un vínculo emocional. Tener ese punto de contacto que se pierde al hacer las compras desde sus casas.
Con esto, se puede afirmar que la experiencia de compra en línea ha pasado a ser una experiencia de marca. Un packaging de envío bien diseñado puede aportar un gran valor en la primera impresión, y por lo tanto quedar en el recuerdo del consumidor.
5) Nuevos tamaños
Esta última tendencia está muy relacionada con la filosofía Zero Waste. Cada vez más, el usuario busca minimizar su generación de recursos, exigiendo productos que se adapten a sus necesidades. Es por eso que las marcas se han ajustado a las demandas de la sociedad, creando artículos especiales para cada tipo de público. El consumidor necesita envases que se adapten a su día a día, ya que una persona que vive sola tendrá una realidad muy distinta que una familia numerosa. Los productos que consumirá serán diferentes, pero sobretodo las cantidades variarán dependiendo de cada caso (y casa). Por eso, vemos muchos más packs o productos unipersonales en las estanterías de tiendas y supermercados.
Lo mismo pasa con el packaging ecommerce, donde el cliente espera un amplio abanico de tamaños dependiendo de sus compras. Busca que las cajas donde vengan los artículos sean similares a lo que ocupen éstos, ya que sino se estaría malgastando material y por lo tanto, generando residuos innecesarios. Como ya hemos comentado anteriormente, la concienciación medioambiental es una tendencia en auge, que afecta e implica a todos los ámbitos y sectores.
En resumen, las tendencias en packaging para 2020 tienen unas grandes influencias éticas y estéticas, pero sobretodo medioambientales. Ahora, solo hace falta que las grandes empresas cumplan con esas “modas”, que harán del planeta un lugar mejor. Pero no es cuestión de seguir la corriente, sino de adaptarse al consumidor y a sus necesidades, que cambian y evolucionan con el tiempo.
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