En The Dieline encontramos este interesante ejercicio de creación llevado a cabo por los estudiantes de packaging de Sylvain Allard: convertir una simple hoja de papel blanco en un envoltorio lo más original posible para una botella.
Problemas como el marketing o la posibilidad de transporte no fueron planteados; tan sólo se les exigía creatividad. Y, supongo que estaremos de acuerdo, ese objetivo se cumplió con creces, ¿no?